¡Papás, quiero una mascota!





Quizá tus hijos te han pedido tener un animalito en casa y aún no estás muy convencido de decirles que sí. Sin embargo, cuidar de una mascota puede resultar beneficioso para ellos en muchos aspectos.



Antes de tener una mascota, debes asegurarte que tus hijos comprendan que ésta no es un juguete, es un ser vivo que depende de ustedes para satisfacer sus necesidades. De acuerdo a la edad de tus hijos, puedes asignarles diferentes tareas respecto a su cuidado: alimentarlos, cepillarlos, participar en la limpieza de su espacio, bañarlos, etcétera. De esta forma aprenderán también a administrar su tiempo y conocer el valor de la responsabilidad.



Con una mascota, tus hijos aprenden a ser sensibles ante las necesidades de otros; a respetar el espacio, el temperamento y los límites que los demás ponen, para poder interactuar de una manera sana con otros niños y los adultos. Los lazos familiares se fortalecerán al tener un interés común: el bienestar del animalito. Mediante la empatía generada los hermanos se llevarán mejor y en caso de tener un solo hijo, éste podrá manejar mejor los celos en caso de que llegue otro bebé a la familia.



Finalmente, al no poder comunicarse con la mascota por medio del habla, aprenden a conocerla a través de su lenguaje corporal o su comportamiento; así adquieren mayores habilidades de socialización y expresan sus emociones con facilidad.