Diego Rivera, un muralista que trascendió fronteras






Diego Rivera fue un creador incansable, brillante, rebelde, polémico, audaz, de izquierda y un poco mentirosito, así lo describió la historiadora de arte Nadia Dulce María Ugalde Gómez. 


En el marco del Día Internacional de los Museos, la investigadora y curadora, ofreció una conferencia, en la que charló con el público explicando la obra del artista plástico mexicano Diego Rivera, sobre todo esa parte de muralista. 

Ante un público atento en el patio del Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, Ugalde Gómez evocó algunos antecedentes importantes del muralista, que, entre los grandes reconocimientos de Diego, destaca el Premio Nacional de Arte en 1950 y que su obra fue catalogada como Monumento Artístico de la Nación en 1959. 

Mediante imágenes proyectadas en una pantalla de alta definición, la curadora e investigadora explicaba aquellos momentos trascendentales en el quehacer plástico de Diego Rivera. Algunas obras que plasmó Diego Rivera en los muros, presentaba su versión del pasado, del glorioso pasado prehispánico, del presente y futuro del país. 

Entre los viajes importantes que tuvo Diego Rivera fue el que realizó a Rusia en 1927, donde fue invita8do por parte del Partido Comunista para los festejos del décimo aniversario de la Revolución de Octubre. 

El éxito a nivel internacional del muralista Diego Rivera, se da en los fabulosos 40, para entonces plasmó en México, el mural del Anfiteatro Simón Bolívar, bajo el título de “La Creación” y todos los murales de la Secretaría de Educación Pública, así como los murales de Chapingo, entre otras obras. 

La historiadora Gómez, autora de libros como “Diego Rivera, la estética de un sueño” y “Arnold Beikin, la imagen como metáfora”, destacó que Diego Rivera ejecutó pinturas murales tanto en México como en varias ciudades de Estados Unidos. De los más de siete mil metros cuadrados que abarca su obra muralística, un poco más de 900 metros fueron ejecutados en recintos de Estados Unidos en la década de los 30.

Ante un marco como el espacio museístico, donde vivió y fue el estudio de Diego Rivera, la curadora apuntó que Rivera viajó a Estados Unidos a finales de 1930, pocos años después de su viaje a Rusia, y llega junto con Frida Kahlo a San Francisco, California, para iniciar una serie de murales.