Estas son las señales de que tu consumo de fibra no es suficiente







Aunque no es un nutrimento como tal, pues no participa directamente en el metabolismo, la fibra es indispensable para controlar nuestro peso, mantener una adecuada digestión y proteger el corazón. ¿Estás comiendo lo suficiente? Estas son las señales que indicarían que no. 


1. Estás estreñido. 

Recordemos que la fibra es la parte de los alimentos vegetales que el intestino delgado no puede digerir ni absorber, por lo que llega al colon para que la flora intestinal pueda fermentarla y así descomponerla en diferentes compuestos químicos. 

Esa parte comestible pero que no se digiere, es precisamente la que agrega volumen y permite el movimiento a través de los intestinos. 

Además, atrae aguay hace que las heces sean más blandas, y no tengas problemas para ir al baño. 


2. Tienes niveles altos de colesterol o de glucosa (azúcar en sangre). 

Un tipo de fibra, la que se disuelve en agua y es mejor conocida como “fibra soluble”, vuelve más lenta la absorción de nutrimentos, esto es gracias a que capta agua y forma una solución viscosa en el intestino. 
Es así como disminuye la absorción de glucosa y colesterol. 

Por lo tanto, el consumo de fibra puede beneficiar a los diabéticos y además prevenir enfermedades del corazón. 


3. Te cuesta trabajo bajar de peso. 

Una de las mejores funciones de la fibra, es que nos da saciedad y evita que nos dé hambre en poco tiempo después de haberla consumido. 

Si todo el día estás hambriento, puede ser que te esté faltando fibra. Te recomiendo que, al menos a la hora de la comida, empieces con un plato grande de ensalada o verdura (el consomé y la sopa de verduras no cuentan), esto ayudará a que lo que comas después, se absorba más lento, te llenes, y puedas apegarte mejor a tu plan de alimentación. 



¿Qué alimentos contienen más fibra?

  • Frutas y verduras: son las más ricas en fibra, especialmente la manzana, naranja, pera, brócoli, zanahoria, col de Bruselas y jitomate.
  • Leguminosas: frijoles, habas, lentejas, garbanzo.
  • Cereales: avena, centeno, salvado de trigo, pan integral. 
  • Oleaginosas: almendras, nueces y cacahuates.